lunes, 15 de noviembre de 2010

Ya de nada sirve, ya nada vale

Después de pasar el fin de semana en mi ciudad adoptiva, me pongo a escribir un poco...
El viernes fue de locos; reunión en Badajoz, comida en Mérida...ya a las 11 cena en el pueblo y chupitos en el pub de siempre.
Quedamos para el sábado y el domingo, lugar; Cáceres, motivo; mercado medieval y fiesta en general.
A las 13 h. ya estamos aparcando cerca de Cánovas.
- ¿Oye que hacemos?
- Yo tengo un poco de hambre, que no desayuné, ¿por qué no vamos a las cañas y comemos algo?
- Pues venga, a la plaza San Mateo...

Nos vamos, un grupo de cinco personas, pero vaya cinco...después de hacer el tonto con los camellos y comer patatas asadas nos vamos al corral.
Entramos, yo lo hago despacito, está hasta arriba, en el patio no cabe nadie más, vamos dentro, en la cafetería...Al entrar todo me recuerda a algo, es allí, en esa mesa del rincón, con estas luces casi apagada, dónde tuvimos nuestra primera cita, nuestra primera conversación, nuestra primeras risas...

Despúes de haber estado casi dos horas a base de copas y licores nos vamos a pasear de nuevo por el mercado, que aún no lo habíamos visto entero. Hace frío, pero yo estoy pensando que todo aquello me recuerda a algo, me sigue recordando a él.

Ya son las 10:00 de la noche cena-tapeo en el Gaudí y después al piso a ducharnos y vestirnos para salir.

A la 1 de la mañana ya estamos en Traviata, después Farmacia y Bahía...Llegan las 6:30. La noche acaba, nos vamos a dormir...

9:00 a.m del Domingo, todos duermen, yo doy vueltas en la cama, me levanto, está lloviendo, la mañana esta jodia. Voy al baño, mi cara delata mi falta de sueño, una ducha rápida y a las 9;15 ya estoy listo...miro por el cristal frío, la vista es inmejorable y las llaves de mi coche parecen llamarme a gritos, las cojo y me marcho.

Diez minutos después ahí estoy, en aquel lugar dónde tantas veces he pasado contigo, dónde tantas veces te besé. Hay pocos coches, en su mayoría turistas. Ha dejado de llover y salgo fuera del coche, la estapa de Cáceres desde la Montaña es increíble.

Noto que mi cuerpo se hiela, entro en el asador que hay justo al lado, me pido un café "cargadito" y me lo tomó tranquilo, solo. Aún me queda algo por hacer, arranco de nuevo mi coche, bajo a Cáceres. Nosé si por inercia pero me dejo llevar, una rontonda, otra, una subida, otra rotonda, sigo delante, dejo atrás "el caballo", sigo por esa calle, por aquella calle, última maniobra y aparco. A mi izquierda el parque del Príncipe, a mi derecha un bloque de pisos, en el 4º estaba el paraíso.
Me fijo atentamente a la terraza que da justamente a la calle, al parque, donde solíamos asomarnos juntos, abrazados, tras pasar la siesta en aquel sofá.

Pasa el tiempo, y nadie se asoma, él no se asoma, quizás no haya nadie, quizás esté durmiendo, quizás esté...joder son la 13:30 me voy al piso a ver si se han levando los 4 fantásticos, dos de ellos me estanban esperando;
- Eii Manu, de dónde vienes? Te he sentido muy temprano esta mañana...
- Sí, fui a dar un paseo.
- Ehn? a dar un paseo? Y dónde (cara pasmao).
- A la Montaña y al Príncipe.
- Joder tío, lo tuyo no es normal, con el frío que hace.

No contesto, el previo de la F1 ha comenzado y Alonso espera coronarse como campeón, cambiamos de tema y decido disfrutar del Domingo y evitar recuerdos del pasado,  ya de nada sirve, ya nada vale...

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